Queridos padres y madres del Epullay
Ha terminado un proceso electoral muy propio de nuestra comunidad: breve, sobrio, alegre, riguroso, serio, jovial y hasta solemne (sólo un poquito). Siempre después de las elecciones, sobre los objetivos números se vierte abundante subjetividad interpretativa. Y es lo que haré a continuación.
En mi opinión, hay dos hechos fundamentales en esta elección. Uno de ellos es la generosa colección de votos recibida por todos los candidatos. Eso nos hace a todos ganadores y ninguno, perdedor. Todos son personas generosas, dedicadas, ingeniosas y alegres, y para todas hay espacio en el CPACE, espacio que se han ganado merecidamente con su liderazgo.
Lo otro es el respaldo a la gestión de la directiva 2007-2009. Los 5 elegidos son personas que participaron muy directamente de esa directiva. Gabriel Valdés, Carlos Hayler y Alejandra Martínez como Directores representantes de sus respectivos ciclos, ahora asumen las posiciones de vicepresidente, tesoreo y pro-secretaria, respectivamente. Marcela Azócar que pasa de vicepresidente a secretaria, y el infrascrito, que es reelegido como presidente.
Quedamos en deuda de gratitud con la anterior tesorera, Karin Paz, quien hubo de enfrentar inesperadas turbulencias personales durante su período y que con un esfuerzo enorme batalló por dejar realizada dignamente su tarea. Y tambien con el anterior secretario Oscar Peluchonneau, cuya contribución a la génesis de la personería jurídica del CPACE y su gestión como secretario nunca podrán ser valoradas en su justa medida. Su compromiso, humildad, sensatez y pasión hacen de él un ejemplo a seguir, y un orgullo enorme de haber sido parte de su equipo. Por cierto, Oscar sólo ha cambiado de posición, enfocándose ahora en colaborar en el Comité de Formación.
Todo lo anterior se refiere al pasado. Quisiera decir algo también acerca del futuro. Entendemos del resultado de esta elección, que la comunidad de padres del Epullay ha decidido – muy coherentemente consigo misma – hacer una apuesta atípica: que las segundas partes sí pueden ser mejores. Y, para acentuar esa interpretación, pensamos que la comunidad nos dió dos años para prepararnos y ahora espera que pongamos en práctica nuestros aprendizajes. Y es lo que nos proponemos hacer.
La meta sigue siendo estimular la participación, sin duda. Pero eso corresponde al campo del “hacer”, lo que nos deja con la carreta delante de los bueyes, con la consiguiente pérdida de energía. Tal vez sea el momento de preguntarnos qué necesitamos “ser” para desplegar todo nuestro potencial al servicio de esta comunidad y a ella toda al servicio de los niños.
Lo digo porque veo a algunos padres que ven defectos por doquier y que están esperando que ellos sean solucionados antes de entregarse a la comunidad. Hay otros que parecen pensar que el colegio tiene una varita mágica, que sólo hay que dejar los niños cada día y esperar que la magia ocurra. Hay otros que eligen ser “víctimas” de cualquier cosa y gastan su precioso tiempo en sentir compasión de sí mismos.
Y podríamos seguir enumerando, pero lo que quiero decir es que cada “ser” despliega el “hacer” que le es propio. Repito la pregunta ¿Quién necesitamos ser para desplegar todo nuestros potencial al servicio de esta comunidad y a ella toda al servicio de los niños?
No es leyendo los 10 mandamientos que se forma un carácter ético, sino desarrollándose en un medio donde éste impera con la misma invisibilidad del aire que respiramos y nos mantiene vivos.
Nosotros somos parte esencial de ese ambiente. Nosotros somos el aire invisible que respiran nuestros hijos. Ellos no son más que un reflejo de nosotros mismos. No hay nada que podamos “hacer” al respecto, a menos que nos decidamos a “ser” algo diferente, grande, poderoso, compasivo, apasionado, comprometido, honesto, perseverante, confiado, y la lista es más larga aún, todos lo sabemos.
Así que de esto estaremos hablando, reflexionando, recordando, insistiendo los próximos dos años. Todos. Nosotros se lo recordaremos cuando lo olviden, ustedes nos lo recordarán cuando lo olvidemos.
Fíjense en el día de la familia, por ejemplo. Unas cuantas familias, no pocas, decidieron ser valientes, sensibles, conectadas con su historia, osadas, poderosas, y se dieron el trabajo de enviar las fotos. Los profes y los nños respondieron con una exhibición sobresaliente, y tuvimos una hermosa fiesta, con conversaciones plenas de sentido, con alegría, en comunidad. ¡Ese es el Epullay que queremos!
Y lo sentimos enormemente por los que se restaron, porque se perdieron un momento educativo estelar, de profundo impacto para todos los que ahi estuvimos.
Vamos adelante, Epullay, vamos a ser lo mejor que podemos ser. Desde ahí, ni siquiera necesitaremos pensar qué hacer, eso cae solo.
Un abrazo para todos con los mejores deseos de logros enormes para este tiempo.
Andrés Wiche
Presidente, CPACE 2009 – 2011
Centro de Padres y Apoderados del Colegio Epullay
Junio de 2009
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