
Personalmente, creo que aquí quedan de manifiesto dos temas que deben separarse a la hora de abordarlos como apoderados de este proyecto educativo:
1. la forma errática en que el colegio está manejando este caso de naturaleza conflictiva, que se "destapó" de manera de rumor dentro de nuestra comunidad educativa, y que se tradujo en un inmediato conflicto que incentivó reacciones aprensivas y la falta de un diálogo sereno y fundamentado. A varios papás y mamás con que he conversado del asunto no nos parece que en forma arbitraria se le baje el perfil a temas que, más allá de los ámbitos de decisión, son de pertinencia de todos los actores de un proyecto educativo. El Epullay no es en concepto una empresa y nosotros los clientes que nos tenemos que atener a lineamientos unilaterales bajo criterios comerciales.
2. la inconsecuencia de una decisión con respecto a una filosofía por la cual optamos como alternativa de formación para nuestros hijos. El considerar que el fin (en este caso los beneficios prometidos) justifica los medios, aunque estos últimos acojan al menos una lejana duda sobre su inconveniencia para la calidad de vida de los chicos, se desdice con todas las iniciativas que el colegio impulsa inspirados en valores como la ecología –basureros reciclables, alimentación saludable, etc.–, el libre discernimiento, el respeto al prójimo y tantos otros. El tema de las implicancias de las ondas electromagnéticas sobre la salud, lejos de estar zanjado, sigue dando cabida a nivel mundial a un debate, al cual no estamos ajenos. Así como hay informes que desacreditan los temores de la población, los hay los que los confirman. No podemos esperar, ante la duda, años de experimentación sobre nuestros hijos para luego darnos cuenta de posibles consecuencias que tuvo el tema sobre su salud, como sucedió en efecto, hace 30 años con el tabaquismo.

Apelo a nuestra responsabilidad como apoderados miembros de una comunidad formativa, que a parte de la dirección, incluye a los alumnos, profesores y administrativos, para llevar a cabo una estrategia sensata y no sólo encaminada a hacer valer nuestros puntos de vista, sino también a cuidar un clima de fraternidad que permita llegar a acuerdo en temas controversiales.
Los invito a participar en este debate en términos constructivos, fundamentados y respetuosos. No está demás decir que no todos los papás pensamos igual, y que es importante tener estas instancias de diálogo –como este blog– para llegar a acuerdos que recojan un sentir mayoritario, y así plantearse frente a la dirección de manera informada e coordinada.
Creo que en este caso vale más que nunca la premisa de que Lo Cordial no quita lo Valiente.
Gabriel Valdés
Delegado de Curso Taller 2B
PS. En la sección de páginas webs recomendadas comenzaremos a colocar link que nos informen al respecto.
4 comentarios:
que triste, es una inconsecuencia gigante.
Muy buen artículo sobre el Celullay, tienes toda la razón en cuanto a que los argumentos científicos están divididos, pero en los últimos años la división es cada vez mas notoria entre la literatura con respaldo institucional o gubernamental que niega los problemas a la salud y una abrumadora mayoría en los medios independientes en que se señalan diversos efectos sobre la salud tanto humana como sobre la flora y fauna colindantes. Felicitaciones Gabriel!
Estimado Gabriel:
comparto profundamente contigo la invitación a realizar un debate constructivo y respetuoso, sin embargo, me sorprendió que acompañaras este llamado con una tergiversación del logo del Colegio, lo cual, en mi opinión, va en sentido contrario...
saludos,
Susana Pascual.
Susana
La imagen que aparece no es de mi autoría y me pareció poner una nota de humor que trasluzca el problema de fondo con respecto a nuestra filosofía. lamento, no obstante haber herido alguna sensibilidad absolutamente comprensible. No era la intención.
Saludos
Gabriel Valdés
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